Las capuchinas son unas flores de color vistoso, rojo, naranja y amarillo mostaza. A parte de dar color con su flor, las hojas son de un verde intenso precioso. Son hojas redondeadas y quedan genial en cualquier rincón.
Son flores que puedes plantar en jardineras para cubrir bases ya que son rastreras, o puedes colgarla y engancharla para cubrir alguna parte de celosía.

Son flores comestibles, si! Si! En ensalada están riquísimas o en una tortilla a la francesa. Pero además, son súper beneficiosas para el huerto.
Durante el confinamiento he leído mucho sobre la asociación de cultivos, la rotación etc. y en todos los artículos que he leído las capuchinas eran unas grandes beneficiosas, especialmente con las berenjenas.
Ese fue el motivo por el que me decidí a plantarlas, teníamos dos matas de berenjenas, las dos primeras que plantamos, que no había manera de que arrancaran. Crecían muy lentamente, solo una de ellas tenía una flor. Íbamos pasando días de abril y nada, y en mayo no quería que pasara lo mismo. Quería que las berenjenas empezaran a crecer.
¡Y vaya si lo hicieron!
Pusimos dos semillas de capuchinas al lado de cada plantón de berenjenas. En 10 días la capuchina estaba llena de hojas, y en 15 días empezaron a salir las primeras flores. Pero es que a los 20 días las berenjenas empezaron a tener más hojas, empezaron a crecer y ahora, poco más de un mes después, están llenas de flores que se convertirán en berenjenas!
No os podéis imaginar lo contenta que estoy. Os recomiendo que si tenéis huerto en casa o en el jardín, pongáis en una maceta o a un rincón unas capuchinas. Sus flores atraerán a polinizadores, lo cual es súper beneficioso. Además, podrás comer unas flores deliciosas y son súper beneficiosas para nuestros cultivos.