Este año hemos plantado muchas cosas en el huerto de invierno. El año pasado mantuvimos las aromáticas y no plantamos nada más. No teníamos espacio, ni experiencia. Este año, las coles, habas y lechugas, son las protagonistas del huerto.
Dentro de la familia de las coles, hoy os hablaré del brócoli. Hemos plantado tres variedades distintas. Brócoli romanescu, brócoli normal y brócoli morado.

Nos lanzamos a plantar este tipo de cultivo, leyendo poco sobre él, la verdad. Vimos que asociación de cultivos podía ser beneficiosa, y poco más. No nos paramos a leer que necesitaba.
Llevan plantados en el huerto más de dos meses, y no daban señales de vida, no crecían, no aparecían las flores del brócoli, teníamos un huerto aletargado, dormido, parado. Entonces empece a leer de nuevo.

Los brócolis son cultivos de invierno y toleran bastante bien el frío. Resisten en temperaturas de hasta -5° pero necesitan un suelo húmedo y yo, había reducido los riegos por miedo a humedecer demasiado. Empezamos de nuevo los riegos, una o dos veces por semana en función del tiempo que tenemos y si es una semana con lluvias, y la verdad, el cambio en el huerto es brutal. Han crecido mucho en un par de semanas.

Además hemos aprovechado que son días de fiesta y hemos usado más huevos de los que usamos habitualmente y hemos triturado las cáscaras y mezclado con los posos del café. Y junto con humus de lombriz, hemos aportado nutrientes a la tierra que repercuten directamente en las plantas.
Habitualmente los brócolis se recogen unos 60-70 días después de plantarlos pero creo que a nosotros se nos alargará un poco más. Espero que a partir de ahora vayan creciendo más rápido y podamos probar las tres variedades que hemos plantado en el huerto. ¡Ya os contaré!