En el último viaje de navidad que fuimos a Venecia, recibí muchos comentarios por stories (mil gracias!) pero en días distintos y personas distintas, me preguntaron cuándo empezamos a viajar con el peque. Y lo cierto es que cuando di la respuesta, alucinaron un poco.
Y hoy me he decidido a escribir sobre esto. Sinceramente, no creo que haya una “edad adecuada” para empezar a viajar con ellos. Nosotros viajamos la primera vez a EEUU cuando el peque tenía solo 4 meses, y lo hicimos porque nos veíamos preparados, porque confiábamos en nosotros, en nuestro instinto, y en nuestro pequeñín.

Os debo decir, que días antes de coger el vuelo a EEUU fuimos a visitar a la familia. 200km, viaje en coche, infernal. Calor, cada dos por tres teníamos que parar en áreas de servicio… horrible. Cuando no era hambre, era cambio de pañal, cuando no, era que hacía calor y que estaba cansado del coche, y a días de volar y de tener un viaje de tantas horas. El panorama era el que era, nos imaginábamos la catástrofe, y al final no resulto ser nada de eso.
El vuelo fue genial, pedimos en la aerolínea una cuna de bebé, y él siguió con sus tiempos, sus siestas, sus biberones, sus ratitos despierto y de juegos, cambios de pañal… totalmente normal. En las últimas horas de vuelo, intentamos mantenerlo más despierto (sin forzar) para evitarle el jet lag y lo llevamos bastante bien.

Es cierto, que con 4 meses, todavía pasan bastante tiempo durmiendo, así que ciertos momentos son más fáciles. Debo decir que hemos tenido un bebé que nos lo ha puesto fácil siempre y todo.
Cuando empiezan a andar más o menos, hay que buscar en los viajes planes que les motiven. Playa y acabar rebozados de arena, parques acuáticos (revisa altura y edad para los toboganes antes de ir) parques temáticos y destinos que tengan ese algo que a ellos les encaje y les despierte interés y curiosidad.

Además, no es necesario que el viaje sea en avión del año a los dos años aproximadamente empiezan a conocer los medios de transporte. Recuerdo que con casi dos añitos fuimos en ave a madrid, por motivos de trabajo y él vino con nosotros. Nos organizamos para trabajar el sábado y el domingo tenerlo libre y poder hacer planes con él y para él. Y aunque es cierto que pillamos un fin de semana de mucha lluvia y frío en madrid, adaptamos todo. Buscamos cafeterías con zonas de juegos y os aseguro que lo pasamos en grande ¡¡los tres!!

Para resumir, la mejor edad para viajar con peques es en la que vosotros os sintáis seguros. No hay ningún patrón escrito, ni ninguna norma. Lo único, buscar planes adaptados a su edad, adaptar los horarios de comidas y cenas, buscar parques o zonas donde poder disfrutar e incluso aprovechar para iniciarse en algún deporte.
También resulta emocionante comprarles su primera maleta, y a partir de los 4-5 años pueden ayudar a preparársela. ¡Les encanta elegir su ropa para el viaje!

Si que debo decir, que al principio le imponía muchísimo pasar el control de seguridad. Esos veinte segundos en los que tiene que cruzar solo, se le hacían cuesta arriba, pero con el paso del tiempo hemos depurado la técnica y ni le da miedo ni piensa que lo vamos a dejar solito. En estos casos, el personal de seguridad juega un papel bastante importante, si imponen y no entienden que son niños, la experiencia no es muy buena, si por el contrario, les sonríen, les enseñan las cámaras del scanner de maletas o simplemente les preguntan donde van de viaje, ellos se relajan, y todo fluye.
De viaje todo cambia, nosotros (los mayores) estamos más relajados, y eso ellos lo notan, y ser flexibles y adaptarse a todos los gustos, es clave. Nosotros ahora ya estamos en el punto que entre todos elegimos el restaurante donde comer o donde cenar, y su opinión cuenta. Es más, cada día uno de nosotros es el “responsable” del día y se encarga de guiarnos, de marcar los tiempos de descanso. Si por la tarde tenemos libre, el responsable es el que piensa el plan para los tres. Esto también les gusta bastante porque se sienten mayores y notan que contamos con ellos.
Estoy deseando que llegue el 13 de agosto para disfrutar los tres de un nuevo viaje.