La vuelta al cole, el fin de las vacaciones, los nuevos horarios de extraescolares, los días más cortos… todo hace que nuestra vida pueda parecer caotica, que nos falta tiempo, que no lo aprovechamos suficiente y que no tenemos un hueco para el descanso.
No hay nada imposible, solo hace falta orden, organización y sobretodo previsión. Ahora te cuento en que consiste cada uno de los puntos y te cuento como lo hacemos nosotros para evitar el caos y que la vuelta a la “normalidad” sea menos agobiante y más relajada.
Orden
Es importante que cada cosa tenga su lugar. Cajas marcadas para los juguetes, si hay muchos playmobils, una caja para los bomberos, otra para los piratas y otra para la granja. Y después de jugar, se tiene que guardar. Hay días que necesitan ayuda, debemos ser conscientes de su edad y trabajar juntos el sentido de la responsabilidad.

Pero no solo se trata de tener ordenados los juguetes, también los mandos de la televisión, los pañuelos de papel o las fiambreras para los almuerzos. Es una tarea que debemos hacer todos juntos, y entre todos definir que espacio es el más adecuado y el más cómodo para todos y para cada cosa.
De nada sirve guardar la botella para el agua del cole en un armario alto, porque ya sabemos que tendremos que cogerla los adultos, nuestros hijos no alcanzarán a cogerla y por tanto, no podremos darles la responsabilidad de encargarse de su botella.
Es importante para mi, tener definido un espacio donde dejar las cosas al llegar a casa. Un cuelga bolsos, dejar los abrigos en un punto específico de casa, etc. antes vivíamos con la mesa del comedor llena de cosas. Juguetes, gafas de sol, colorines… igual que las sillas, siempre teníamos una silla en la que descansaban objetos que no debían estar en el salón. Abrigos, bufandas, ordenador… necesitamos un sitio para cada cosa y que cada cosa esté en su sitio.
No se en vuestras casas, pero en la nuestra, hacer limpieza era sinónimo de pasarse una hora recogiendo cosas que no estaban en su lugar. Cuando realmente la tarea de limpieza era mucho menos larga, limpiar el polvo, barrer y fregar. En 20-30 minutos la limpieza está hecha, pero siempre invertíamos mucho más por tener que recoger y colocar cada cosa en su sitio.

Organización
Para poder estar organizados, hay tareas que se realizan solo una vez por semana, otras necesitan más frecuencia, y otras son a diario. Así que hay que hacer una lista y programar, solo así estaremos organizados. Os pongo un ejemplo:
La compra de la semana me cuesta horrores. Creo que ir a comprar es perder el tiempo, solución: intentar hacer la compra online para recoger en tienda. Dependiendo del día que necesitemos la compra, el encargado de recogerla será uno u otro.
Pasa lo mismo con el pan de los bocadillos para almuerzos y meriendas. Suelo comprar 12 y compro cada 15 días. Los encargo en una panadería que me pilla cerca de una de las extraescolares, así que mientras el peque está en extraescolares, yo aprovecho para recoger el pan y tomar un café tranquilamente. Los panecillos los congelamos, y cada mañana se saca uno mientras preparamos el desayuno. Cuando recogemos la mesa, el pan ya está descongelado y listo para preparar el bocadillo.

Otra de las cosas que odio es planchar, y en esta casa decidimos que íbamos a planchar dos veces por semana, los miércoles y en fin de semana (sábado o domingo, somos flexibles en fin de semana porque no sabemos qué planes vamos a tener)
El baño, por ejemplo, se limpia cada mañana, rápido, pero lo básico para desinfectarlo y dejarlo limpio. Después de las duchas, fregamos el suelo y lo dejamos listo. En fin de semana, empleamos un poco más de tiempo en dejarlo limpio, hacemos una limpieza más “a fondo”.

Previsión
Hay que ser previsores, para poder avanzarse a ciertas situaciones. Es decir, si en casa siempre desayunamos leche, el encargado de los desayunos también debe encargarse de mirar cuantas botellas quedan en casa, y cuando quedan solo un par, anotarlos a la lista de la compra para no olvidarnos.
A mí me gusta tener también comida congelada, caldo, hamburguesas, lentejas… platos que son rápidos de preparar y que aguantan bien en el congelador. Hay un dia que puede que nos toque ir al pediatra y nuestra hora de llegada se demora, con platos cocinados o a medio hacer, ganamos tiempo y evitamos el caos en el momento de llegar a casa.

Por las mañanas, nos dimos cuenta que reinaba mucho el caos en casa, siempre íbamos rápido pero a la vez, como pollos sin cabeza. No mola nada empezar el día de mal humor y con la sensación de no estar actuando bien. Así que la solución fue fácil, adelantar 15 minutos el despertador. Si sobra tiempo, se pueden ver dibujos, leer un cuento o jugar un ratito. Si no vamos a estar en casa hasta bien entrada la tarde, podemos encender la lavadora nada más levantarnos, y tenderla antes de irnos o adelantar cualquier tarea que solemos realizar por la tarde.

Se trata de buscar la fórmula, para que al llegar por la tarde/noche a casa, y cuando todos estamos cansados, poder hacer las tareas básicas (ducha, cena, jugar) y pasar un tiempo en familia, pudiendo hacer la asamblea diaria y sin los agobios de llegar tarde porque el cansancio aprieta.

Asignar tareas
El peque es el encargado de coger su babero para el cole cada mañana, al principio le tendremos que ayudar a recordarlo, pero al poco tiempo, él se encargará de su babero, para ir al cole como todos sus amigos/as.

El papá es el encargado de preparar los desayunos, mientras yo hago las camas y despierto al peque. Yo preparo los almuerzos y comidas en fiambreras si comemos fuera de casa y el papi ayuda con el aseo personal al peque.
Y ahora te respondo a la pregunta que tienes en mente ¿qué hacemos si el papi/ mami se va antes a trabajar y no desayuna con nosotros? Pues adaptamos tareas para el papi o mami que sale antes de casa, como por ejemplo, que sea el encargado de preparar los almuerzos, que sea él el que encienda la lavadora o el encargado de sacar el lavavajillas.

Es importante enseñar a los peques que hay un orden y unas pautas en casa, en las que todos debemos colaborar para poder tener unas duchas más largas, para poder jugar un ratito juntos y para poder estar todos más relajados sin ser esclavos de nuestra propia casa.
Sé que te acabo de dar mucha información, y posiblemente pensarás que somos muy cuadriculados y que nuestra casa siempre está limpia, ordenada y cantan los pajaritos. No te lo creas, aquí también hay días caóticos, días interminables y días de agotamiento máximo. Esos días, lo mejor es sobrevivir sin olvidar las tareas pero siendo conscientes que si posponemos una, otro día vamos a tener que hacerla.
Aquí también hay días en que el suelo está sucio porque llueve y no podemos estar toda la tarde con el mocho pegado en la mano. También hay días (pocos pero los hay) en que los horarios se nos alargan y se pide comida preparada, pero es cierto que el 80-90% de los días, son relajados, ordenados y con tiempo para todo.

Y todo lleva un periodo de adaptación, la primera semana no será todo lo ordenada que queríamos, pero la segunda será mejor. Y hay que tener siempre flexibilidad para cambiar rutinas que no nos funcionan. Puede que a tu hijo/a le vaya mejor una ducha después de cenar para relajarse, o puede que sea mejor hacerla antes de la cena. Eso, lo marcan ellos y sus ritmos circadianos.
Ánimo!! No será fácil, pero te aseguro que ¡¡no es imposible!!